Active Child es el californiano Pat Grossi, uno de mis últimos descubrimientos. Electrónica neoclásica, melancólica, con una forma de cantar especial, profunda, con algún toque épico, tan de moda últimamente. Éste es su single de debut, aunque hay varias canciones desperdigadas en varias webs, maquetas supongo. Recuerda a a bandas actuales como jj o Million Young.
Más grupos suecos. Estos son de Estocolmo, y se parecen muchísimo a sus vecinos The Radio Dept., es más, se podrían confundir perfectamente de no saber que es lo que está puesto en el reproductor. ¿Y me pregunto si eso es bueno?. Yo diría que sí, porque lo que importa son las canciones, y las seis de este disco son muy buenas. Graban para el pequeño y exquisito sello Series Two Records.
Fredrik son un duo de Malmö (inagotable la cantera sueca), que anteriormente formaron parte de una banda de indiepop llamada The Lovekevins. En el año 2008 publicaron su primer disco llamado »Na Na Ni» y éste »Trilogi» es su continuidad, siguiendo las mismas pautas musicales del anterior. Su música podría llamarse folktrónica, ya que hacen folk, pero no folk tradicional a lo Devendra Banhart o Joanna Newson, sino que las melodias y guitarras flotan sobre bases electrónicas bastante experimentales, y van adornadas de voces infecciosas, preciosos coros, lalalas femeninos, vientos de juguete, instrumentales hipnóticos, belleza oscura y melacólica, en muchos momentos me recuerdan grupos cómo L’altra, The Relict o The Clientele.
Otra agradable sorpresa para comenzar el año. Delta Mirror son un trio de Los Angeles y éste es su primer disco. Al escucharlo te vienen a la cabeza un montón de grupos de indietronica, recuerdan a The Notwist, a Múm, a The Go-Find, al sello Morr, pero también a bandas de la última generación de shoegazer más delicado como The Radio Dept. o M83. Juega un papel importante el piano que le da una sansación de tristeza al disco que no te puedes quitar de la cabeza mientras lo estas escuchando, triste o incluso enfermiza se vuelve por momentos la escucha, pero una enfermedad sin dolor, como se te hubieras puesto una sobredosis de paracetamol para aliviarte… y vuelve a sonar el piano y te sientes aliviado, suenan de nuevo esos crunchs que parecen salir de una caja de ritmos rota, unas guitarras volátiles que producen dulzura y al llegar a la 7ª canción »Malpractice» te da la sensación de que el que está cantando-recitando es Ian Curtis. Pero se te pasa el efecto del paracetamol al terminarse el disco y te das cuenta que no era él.
Lali Puna han sido a la indietrónica lo que My Bloody Valentine al shoegazer. Seis largos años han tenido que pasar para poder disfrutar de su cuarto disco y la espera ha valido la pena. Cuando un grupo publica su cuarto disco uno se conforma simplemente con que no sea decepcionante, ya no esperas que te sorprendan, y aunque este disco no me sorprende, la nota que le doy es de sobresaliente, quizás porque su sonido me recuerda más a los primeros discos del grupo que a su tercer disco, más guitarrero y potente que los anteriores. Continúan la delicadas melodias sobre cortinas de electrónica suave, dónde abundan los medios tiempos, olvidándose de la pista de baile. Como dato anecdótico decir que esta vez colabora en el disco Yukihiro Takahashi de la Yellow Magic Orchestra poniendo su voz en el último corte del disco. Al igual que sus anteriores trabajos el disco lo publica la factoría Morr Music.
Actualmente estás navegando por el archivo de la categoría Indietronic
Hola
Este blog refleja mi estado de ánimo.
Musicalmente hablando.
Aquí iré publicando la música que escucho en cada momento, y si a alguien le gusta alguno de los discos que aquí aparecen, debería de comprarlo, ya que es una manera de apoyar al artista. Lo demás es cosa vuestra.
Mientras siga habiendo música vamos a seguir bailando, bailando hasta el final...
The Last Dance 